LA MEDITACIÓN DE LA PALABRA
La meditación de la Palabra, es la práctica de tomar uno o más versículos con corazón dispuesto, para permitirle al Espíritu Santo que la Palabra escrita se transforme en Palabra viva en el ser interior. La meditación es la facultad digestiva del alma. El resultado de la meditación es que la verdad de Dios vivifica al creyente y le guía a las profundidades de su amor. Jeremías 5:16 dice: Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos.
En la visión que tuvo Ezequiel, vemos como Dios le dijo que se comiera la Palabra en un rollo, para que cuando transmitiera su mensaje al pueblo de Israel lo hiciera con profundidad de entendimiento, porque entonces la Palabra recibida formaría parte de su propia vida. Mas tú, hijo de hombre, oye lo que yo te hablo; no seas rebelde como la casa rebelde; abre tu boca, y come lo que yo te doy. (9) Y miré, y he aquí una mano extendida hacia mí, y en ella había un rollo de libro. Me dijo: Hijo de hombre, come lo que hallas; come este rollo, y ve y habla a la casa de Israel. (2) Y abrí mi boca, y me hizo comer aquel rollo. (3) Y me dijo: Hijo de hombre, alimenta tu vientre, y llena tus entrañas de este rollo que yo te doy. Y lo comí, y fue en mi boca dulce como miel. (Ez. 2:8-9; 3:1-3)
Recordemos que mientras más verdad absorbemos, más vida tenemos. Jesús confirma esa verdad diciendo: El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida. (Juan 6:63)