LA FE PARA LA VIDA DIARIA (PARTE II)

En la escritura leemos que Enoc fue un varón que caminó con Dios. La Biblia no nos da ninguna indicación de que su vida fuera sin obstáculos, pruebas o frustraciones, sin embargo, el continuó con Dios hasta que él se lo llevó.

Abraham, nos enseña que la fe implica un peregrinaje con esperanza. (Hebreos 11:8-10; Gen. 12:1-4) Abraham le creyó a Dios y le obedeció, iniciando un peregrinaje que duró mucho tiempo, en el cual mantuvo su fe. La Palabra nos relata como la promesa se fue cumpliendo en Isaac, Jacob y sus hijos. De Abraham podemos aprender que enfrentar las jornadas diarias de la vida cristiana, nos hacen hacerlo con esperanza, sabiendo que Dios es fiel a sus promesas.

Moisés, nos enseña que la fe nos lleva a tomar decisiones radicales (Éxodo 2:11-15; Hebreos 11:24-27) Moisés rehusó la ciudadanía egipcia, escogiendo ser maltratado con el pueblo de Dios que gozar de los deleites temporales del pecado. Además por la fe dejó Egipto no temiendo al faraón y se sostuvo como si estuviera viendo al Dios de lo imposible.

En nuestra vida cristiana, nos encontramos con circunstancias en las que al igual que Moisés, tendremos que tomar decisiones radicales, las cuales serán una demostración de la fe que tenemos en Dios.

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