EN CUANTO DEPENDA DE VOSOTROS
Romanos 12:18 “Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres". Y Romanos 14:17-19 “Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. Porque el que en esto sirve a Cristo, agrada a Dios, y es aprobado por los hombres. Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación".
La paz, siendo fruto de la justicia, reconoce que su existencia y permanencia depende de que exista un orden respetuoso de la justicia de Dios, y puesto que esa ley de Dios se resume en amar a Dios y amar al prójimo, requiere el desarrollo de una naturaleza totalmente opuesta a la egoísta; pues el ego piensa solo en sí, mientras que el amor no busca lo suyo. Por lo tanto, al decir que debemos enfocar nuestra atención y poner diligencia en guardar la unidad del espíritu, también nos señala el vínculo al cual le debemos dedicar mayor atención; y puesto que no ignoramos las artimañas del enemigo, sabemos que será a ese mismo vinculo que él concentrara su ataque, ¿Cómo tratara de que no haya paz entre los hombres, entre los cristianos? la respuesta lógica seria haciendo que estén en guerra, porque ¿Acaso no es la guerra el peor enemigo de la paz?
Comencemos por decir que no; el peor enemigo de la paz no es la guerra sino el rencor. De hecho, Santiago declara que las guerras no son sino el resultado o efecto externo de una condición o causa interna. “De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros?" (Santiago 4:1). La guerra es el resultado visible, pero su raíz son pasiones invisibles. La palabra Pasión, según el diccionario de la lengua española, significa "perturbación o afecto desordenado del ánimo" y en el idioma original, griego, significa "gratificación de los deseos naturales o pecaminosos", o sea satisfacer la carne. El más fuerte de esos deseos naturales, expresado en diferentes formas y nombres, sigue siendo el mismo que al que apelo Satanás al tentar al hombre desde el jardín del Edén; “querer ser como Dios decidiendo por uno mismo lo que es bueno y malo”.
“VIVIENDO POR PRINCIPIOS”
Por Carlos E. Velásquez
Departamento de Equipamiento
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