¡CUÁN DULCES SON A MI PALADAR TUS PALABRAS!

Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará. (Salmo 1:1-3)

Este Salmo nos presenta aun varón perfecto delante de Dios. Tanto en la condición de su corazón como en su desempeño, el fruto de su vida y su futuro.

Quien no quisiera ser ese hombre. Lo contrario de esta escritura seria hombres plantados en tierras áridas, meditando en sus propios razonamientos, dejándose aconsejar por el hombre malo, siguiendo el camino de los pecadores, sin fruto y sus hojas cayendo porque están secas y sin vida. ¿Cuantas veces decimos amar a Dios, pero no amamos lo que Dios ama, ni es importante lo que para Él es importante?

Es que podemos decir con certeza que su Palabra es nuestra delicia, si es así, quiere decir que amamos sumergirnos en ella. Entonces no hay duda que somos esos árboles plantados junto a corrientes de agua. Si nuestra respuesta es negativa, es tiempo de hacer alto y retomar el camino de la senda angosta, no será fácil, necesitara de esfuerzo, voluntad y disciplina, pero después dará fruto apacible de justicia.

Previous
Previous

LA IMPORTANCIA DE LA FE

Next
Next

QUÉ ES LA VERDAD?